En septiembre de 1868 los demócratas de Cádiz colaboraron estrechamente con los mandos militares en el pronunciamiento que provocó el abandono del Trono de la reina doña Isabel.
A continuación constituyeron en Cádiz dos batallones de Voluntarios de la Libertad, una milicia armada de ciudadanos que se decantó enseguida por el Partido Republicano.