Ella llevaba demasiados años penando por un corazón roto; él estaba decidido a ofrecerle el suyo, para devolverla a la vida.
Theodora Black lleva de luto por su corazón roto desde los dieciséis años, cuando un canalla la sedujo y se aprovechó de su inocencia. No confía en los hombres, y menos en los que tienen fama de ir disfrutando por la vida entre conquista y conquista. Por eso, el amor no entra en sus planes, ni siquiera la amistad, y prefiere mantenerse sola y distante.
Sultán Yazid ibn Keled, príncipe de Aljana y sobrino del duque de Coulthard, es un hombre nacido entre dos mundos, y alguien muy poco acostumbrado a preguntarse por la naturaleza o la moral de cada uno de ellos. Atractivo, alegre y triunfador, lo último que tiene en mente es comprometerse con una sola mujer cuando puede seducir a muchas, y menos cuando todavía no sabe con cuál de sus dos naturalezas elegirá vivir.
Ella había perdido casi diez años de su vida por culpa de la traición de un hombre; él no estaba dispuesto a perder un solo segundo por una dama como ella. Pero cuando surge la pasión, ni el mismo tiempo puede contenerla.
«Lady» Minerva Ravenscroft ha vivido una vida muy diferente a la habitual. Secuestrada a los quince años, ha sido retenida durante casi diez en el harén del Sultán de Aljana, un pequeño país árabe, cercano a Egipto. Ahora, acaba de ser rescatada y vuelve a un Londres que le resulta extraño y hostil, donde todas las miradas parecen preguntarse cuántos amantes ha tenido en aquel lejano rincón de Oriente.
El caballero sir William Crawford sabe bien lo que es ascender en el interior de una sociedad que desprecia a los de las clases inferiores. Nacido en la cárcel, donde su familia estaba encerrada por deudas, fue captado desde muy joven por el Servicio Secreto, para el que ha realizado tantas misiones con éxito, incluido el rescate de un joven heredero, que le ha reportado el título honorífico de Caballero.
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