Del odio al amor solo hay un beso… o un golpe en la cabeza.
La señorita Else Reynolds se ganó la enemistad del marqués de Farlam el día en que se conocieron. A pesar de que su posición como dama de compañía de la hermana del marqués es lo único que la separa de la ruina absoluta, se ve incapaz de medir su lengua y ponerse a favor de los deseos de ese dandy exagerado que solo parece desear la infelicidad de su propia hermana. No está dispuesta a permitir que le arruine la vida con su conducta retrógrada, y hará lo posible para que su amiga consiga el amor al que ella nunca podrá aspirar, o, al menos, eso creía, hasta que el marqués empezó a hacerla sentir cosas extrañas, nuevas y peligrosas.
¿Podrán dejar de pelearse el tiempo suficiente para llegar a amarse?2# LA MIRADA QUE ENCANTÓ AL CONDE
Del odio al amor solo hay una mirada… o un baño de té caliente.
Kristen Beckett vive por y para su sobrina. No teme enfrentarse a quien resulte una amenaza para su felicidad, y poco le importa que dicha amenaza sea un conde con complejo de superioridad que se cree con derecho de reclamar una paternidad que nunca asumió. Ella conoce a los hombres como él y no piensa ponerle las cosas fáciles. Sin embargo, él, con su innegable atractivo y algunas virtudes novedosas, tampoco se las pone fáciles a ella.
Ian Gallagher sabe que ha cometido muchos errores, y cuando la vida lo obliga a rectificarlos, se encuentra con que hay una mujer que está dispuesta a cobrarle con intereses sus malos actos. Por si fuera poco, dicha dama guarda secretos importantes y despierta en él una atracción muy problemática, que lo obligará a tomar, de nuevo, decisiones importantes que involucran sentimientos.
¿Podrá el amor dejar atrás las huellas del pasado?
Del odio al amor hay solo una canción… O un plan que salió mal.
Nathalie Gallagher se ha pasado toda la vida pagando por los pecados ajenos: aunque la sociedad la incluye en su círculo, desprecia su dudosa procedencia. Lo único que desea es un poco de aceptación, pero su amiga Cassandra es la única con el valor suficiente para dirigirle la palabra. Por eso no duda en hacer cualquier cosa por ella, aunque la misión que le ha propuesto tenga grabada la palabra «problemas».
No esperaba que actuar de buena fe le trajera consecuencias imprevistas, como el matrimonio con un hombre que es tan insoportable como atractivo.
Ethan Lawson, duque de Berwick, está desesperado, y la desesperación nunca es una buena aliada a la hora de tomar una decisión. Cuando la mujer que se presenta a la cita no es la que esperaba, pero sirve igualmente para sus objetivos, ni siquiera duda en tenderle una trampa. Sin embargo, nunca imaginó que la dama que había elegido como esposa tendría un carácter tan complicado, por no decir que despertaría en él una atracción peculiar que le haría replantearse su forma de pensar y sus intereses.
¿Podrán dejar de lado sus diferencias y darle una oportunidad a su matrimonio?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.