La princesa Ginebra ha venido a Camelot para casarse con un extraño: el carismático Rey Arturo.
Con las garras mágicas en las fronteras del reino, el gran mago Merlín conjuró una solución: enviar a Ginebra para ser la esposa de Arturo. . . y su protector de aquellos que quieren ver fracasar la idílica ciudad del joven rey. ¿La captura? El verdadero nombre de Ginebra y su verdadera identidad es un secreto. Ella es una cambiante, una niña que ha renunciado a todo para proteger a Camelot.
Para mantener a Arturo a salvo, Ginebra debe navegar por una corte en la que los viejos, incluida la propia familia de Arturo, exigen que las cosas continúen como han estado, y los nuevos, aquellos atraídos por el sueño de Camelot, luchan por una mejor manera de de vivir. Y siempre, en los corazones verdes de los bosques y las profundidades negras de los lagos, la magia está al acecho para reclamar la tierra.
Las justas mortales, los caballeros duplicados y los romances prohibidos no son nada en comparación con la mayor amenaza de todas: la chica con el pelo largo y negro, cabalgando a caballo por el bosque oscuro hacia Arturo. Porque cuando toda tu existencia es una mentira, ¿cómo puedes confiar incluso en ti mismo?
Llega la esperada secuela de El engaño de la princesa, de Kiersten White, una reinterpretación de la leyenda del rey Arturo. Kiersten White explora la naturaleza de la identidad, el inevitable coste del progreso y, por supuesto, la magia, el romance y la traición, por los que Ginebra sigue siendo la reina más famosa que jamás haya existido.
La traición de Camelot es una lectura que deleita y atrapa al lector, y lo mantiene en vilo hasta que pueda conocer quién es quién en esta épica fantástica. «Todo es tal y como debe ser en Camelot».
El rey Arturo está expandiendo la influencia de su reino con la reina Ginebra a su lado. Sin embargo, cada noche, a la reina la atormentan sueños llenos de oscuridad y de un poder indescifrable. Puede que Ginebra haya aceptado su papel, pero sigue sin encontrar su lugar en ese mundo. Cuanto más se acerca a las personas que la rodean, a Brangien, que suspira por Isolda, su amor perdido; a Lancelot, que lucha por demostrar su valía como caballero de la reina; y a Arturo, que lo da todo por todos y, por lo tanto, nunca tiene suficiente para Ginebra, más cuenta se da de lo vacía que está. No tiene ni idea de quién era realmente antes de ser Ginebra. Cuanto más intenta proclamarse reina, más se pregunta si Mordred tenía razón y ella no pertenece a ese mundo. Nunca lo hará. Cuando un rescate sale mal provocando la muerte de alguien muy preciado, Ginebra regresa a Camelot, devastada, para enfrentarse a la mayor amenaza que ha llegado. No en forma de la Reina Oscura o de un ejército invasor, sino en forma de la hermana pequeña de la verdadera Ginebra.
¿Será el fin de su engaño?
¿Y a quién está engañando realmente?
¿A Camelot o a sí misma?
Mientras viaja hacia el norte en dirección a la Reina Oscura, Ginebra cae en manos enemigas. Tras ella está Lancelot, atrapado al otro lado de la barrera mágica que crearon para proteger a Camelot, y Arturo, a quien han conseguido sacar de su reino, atraído por falsas promesas. Pero el mayor peligro no está en lo que Ginebra tiene por delante; el verdadero peligro reside en su interior.
Decidida a desentrañar la verdad sobre su pasado con o sin la ayuda de Merlín, Ginebra une fuerzas con la hechicera Morgana y con su hijo, Mordred, y se enfrenta a los sentimientos confusos y prohibidos que todavía alberga hacia él. Cuando Ginebra realiza un descubrimiento agonizante sobre su verdadera identidad, se encuentra ante una decisión imposible: perpetrar un crimen terrible o ayudar a impedir una guerra.
Ginebra está decidida a corregir las cosas, cueste lo que cueste; a vencer al creciente mal; a rehacer un reino; a corregir los errores del pasado… incluso si eso significa destruirse a sí misma.
Ginebra ha sido una niña intercambiada, una hechicera, una reina… pero ¿qué significa ser solo una chica?
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