TRILOGÍA IVANA - AITOR FERRER

1# NO TE MARCHES ASÍ

Por fin una alegría hace que Ivana dé saltos; ha aprobado las oposiciones y pronto ocupará su plaza de profesora en un instituto. Y no lo ha logrado sola, ya que su amiga Paula ha corrido su misma suerte.

Contenta es poco, ya que son uña y carne; las mejores amigas a las que se une Marisol, la hermana de Ivana, un poco más parada y responsable.

Javier, su novio, recibe la noticia como agua de mayo, pero no así Oliva, su madre, quien vive con la parejita y se dedica a hacerle la vida imposible a su nuera.

Pese a la buena noticia, el verano se presenta calentito en casa. La mejor forma de refrescarse será un viaje a un destino paradisíaco con la compañía de Paula y Marisol.Una coincidencia anterior, un encuentro casual y una atracción irrefrenable será lo que Ivana encuentre en Jorge, quien también disfruta en el mismo destino con Miguel y Raúl, que igualmente darán mucho que hablar.

A Ivana la frescura de Jorge le resulta tan inesperada como irresistible, aunque ello no signifique que pierda la perspectiva. En pocos días volverán a casa y será hora de poner los pies en el suelo, pero ¿qué pasará en ese idílico enclave?

Solo podrás saberlo sumergiéndote en las turquesas aguas de la primera parte de esta trilogía donde el amor y la pasión asumen papeles protagonistas.

2# NO TE MARCHES AHORA

Al verano ha pasado y el recuerdo de Jorge todavía golpea con fuerza a Ivana quien, contra todo pronóstico, sigue con sus planes de boda. Se casará con Javier, ese chico que ya no le apasiona como antes, pero que continúa siendo un puntal fundamental en su vida.

No obstante, el primer día de instituto le depara una sorpresa impresionante. Y no, no se trata solo de que ciertos alumnos complicados traten de ponerle la zancadilla, sino de que la presencia de una cara conocida la hace enmudecer.

Por lo que parece, el destino se ha aliado con Jorge para que no desaparezca de la vida de una Ivana que, cada vez más confusa, no sabe qué hacer.

¿Estabilidad o riesgo? Pronto la joven se verá abocada a tomar una decisión que marcará definitivamente el rumbo de su corta existencia.

Elija lo que elija, gana y pierde, por lo que la elección no le resulta nada fácil. Pese a ello, puede que ciertos acontecimientos le den un “empujoncito” y que pronto emprenda otro viaje, en esta ocasión de trabajo, sin comerlo y sin beberlo.

De lo que ocurra en ese viaje dependerá en parte su decisión, si bien el destino muestra una vez más su cara más caprichosa, haciendo que las cosas se compliquen hasta un punto increíble en la segunda y contundente parte de una trilogía que logrará que Ivana aterrice esta vez de un buen testarazo en el suelo.

3# NO TE MARCHES NUNCA

Más veces de las que nos imaginamos, es necesario que la vida nos dé un mazazo para que valoremos lo que tenemos… o lo que hemos perdido.

Ese es el pensamiento de Ivana cuando el miedo por la pérdida la paraliza. Cualquier cosa podía entrar en sus planes salvo ese accidente. Le quedaron tantas cosas por decir…

No hay miedo peor que el miedo atroz a pensar que un día no hiciste todo lo que pudiste por el ser amado, que no defendiste a capa y espada aquello que el destino te puso por delante; el hombre que te quería y por el que derrochabas amor en silencio.

Ivana siente que la vida tiene para ella un único objetivo que no es otro que recuperar el tiempo perdido. Eso sí, mientras, las vidas de los demás siguen girando y, entre esos giros, algunos sorprendentes serán los que den las de Hugo y Michelle, los dos alumnos que provocaron el accidente que ha cambiado su rumbo por completo.

A la espera de futuros acontecimientos que encaucen su joven existencia, ayudar a esos chavales se convierte en objetivo prioritario para ella. Y es que, mientras los ayuda, se encuentra más cerca de ese legado de Jorge que jamás abandona su mente.

Y hablando de abandonar, no se te ocurra dejar de leer hasta el final la envolvente tercera parte de esta trilogía que todavía te tiene reservadas un buen montón de emociones para que las experimentes a flor de piel. Porque lo que te cuenten otros no vale y un buen final es como el piquito del cono de helado que solo puedes disfrutar si lo saboreas tú misma.