Bryce Quinlan, mitad fae y mitad humana, ama su vida. De día trabaja para un comerciante de antigüedades vendiendo artefactos mágicos apenas legales, y de noche hace fiestas con sus amigos saboreando cada placer que Lunathion, también conocido como Crescent City, tiene para ofrecer. Pero todo se derrumba cuando un despiadado asesinato sacude los cimientos de la ciudad y del mundo de Bryce.
Dos años más tarde, su trabajo se ha convertido en un callejón sin salida, y ahora solo busca el feliz olvido en las discotecas más famosas de la ciudad. Pero cuando el asesino ataca de nuevo, Bryce se verá arrastrada por la investigación y emparejada con un infame ángel caído cuyo brutal pasado lo atormenta a cada paso del camino.
Hunt Athalar, asesino personal de los Arcángeles, no quiere tener nada que ver con Bryce Quinlan a pesar de que se le ordene protegerla. Ella defiende todo aquello por lo que él se rebeló una vez y parece estar más interesada en salir de fiesta que en resolver el asesinato, sin importar lo cerca que esté de su hogar. Pero Hunt pronto se da cuenta de que Bryce es mucho más de lo que parece a simple vista, y tendrá que encontrar una manera de trabajar con ella si quieren resolver este caso.
Pero mientras que Bryce y Hunt corren para desentrañar el misterio, no tienen forma de conocer los hilos de los que están tirando desde las entrañas de la ciudad, a través de continentes en guerra hasta los niveles más oscuros de Hel, donde aquellos que han estado durmiendo durante milenios han empezando a agitarse...
Bryce Quinlan y Hunt Athalar están tratando de volver a la normalidad; es posible que hayan salvado Crescent City, pero con tanta agitación en sus vidas últimamente, en su mayoría quieren una oportunidad para relajarse.
Desacelerar.
Averiguar lo que depara el futuro. Los Asteri han cumplido su palabra hasta ahora, dejando solos a Bryce y Hunt. Pero con los rebeldes minando el poder de Asteri, la amenaza que representan los gobernantes está creciendo. A medida que Bryce, Hunt y sus amigos se involucran en los planes de los rebeldes, la elección se vuelve clara: permanecer en silencio mientras otros son oprimidos o luchar por lo que es correcto.
Y nunca han sido muy buenos para permanecer en silencio.
Un mundo en la oscuridad.
Una chispa ardiente.
Un fulgor de las estrellas.
Bryce Quinlan nunca esperó ver un mundo que no fuera Midgard, pero ahora que lo hizo lo único que quiere es regresar al suyo. Todo lo que ama está ahí: su familia, sus amigos, su pareja. Atrapada en un extraño mundo nuevo, necesitará hacer acopio de todo su ingenio para poder volver a casa... y eso no es algo fácil cuando no tiene ni idea de en quién puede confiar.
untAthalar se ha visto a sí mismo en bastantes aprietos a lo largo de su vida, pero este podría ser el más complicado. Después de unos pocos meses en los que tuvo todo lo que siempre quiso, ahora está de vuelta en los calabozos de los Asteri, despojado de su libertad y sin tener idea del destino de Bryce. Está desesperado por ayudarla, pero mientras no pueda escapar de la correa de los Asteri, tiene las manos atadas. Literalmente.
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