«Aunque el mundo caiga a tu alrededor y el futuro sea oscuro, hay espacio al amor, hay hueco para el placer… y hay tiempo para la perversión».
Nueva York, 1929
Hubo un momento en que el mundo se paró para Cecily, todo se derrumbó a su alrededor; en su mente solo duró unos segundos, un doloroso instante. Supo que tenía que continuar, aunque el dolor le estrujase el corazón, aunque le costara respirar; no podía parar, pues, si lo hacía, se hundiría en un pozo sin fondo.
«Acude a tu abuela» fueron las palabras de su padre. «Ella te ayudará».
Y, si el presente no era benévolo, el futuro no le regalaría nada.
Pero, por amor, puedes hacer cualquier cosa…
Hasta llegar a la perversión.
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