Hay cuatro de ellos, herederos de sus clanes... deben unirse para sobrevivir. Lobo, tigre, serpiente, águila: cuatro clanes enemigos. Los Yokaïs, criaturas a veces humanas, a veces animales, viven en una frágil armonía. Maya, la heredera del clan de los lobos, y Bregan, del clan de los tigres, son los garantes de la paz. Pero ¿serán capaces de resistir sus instintos profundamente arraigados para salvar a sus tribus?
Hay cuatro de ellos, herederos de sus clanes... deben unirse para sobrevivir. La guerra contra los hombres es inminente: Los altos Consejos de los Yokaïs ya se están preparando para lo peor mientras que Bregan, Maya, Nel y Wan están uniendo sus fuerzas para evitar lo inevitable. Y, al revelarse el rostro de su verdadero enemigo, los cuatro herederos sólo tienen una idea en mente: evitar el baño de sangre que se está gestando y proteger a sus seres queridos...
Con el tiempo, los humanos habían olvidado gradualmente su miedo a los animales. Los Yokaïs ya no eran el centro de sus preocupaciones y habían olvidado que la tierra que los alimentaba, el aire que respiraban, el agua que bebían no pertenecía a los bípedos sino a todas las criaturas vivientes. Habían olvidado que el creador de la vida, el que los había dado a luz, había repudiado a su descendencia y los había castigado. Habían olvidado que ya no eran los depredadores más peligrosos del mundo...
Son cuatro, herederos de sus clanes...
Deben unirse para sobrevivir. Es el momento de la confrontación final. En el corazón de las ciudades devastadas, se da la orden de cazar a los últimos humanos. Pero entre las ruinas aún humeantes se alzan varias voces con un objetivo común: desobedecer. Al traicionar su palabra al Consejo, Maya, Bregan, Nel y Wan se convierten en enemigos de su comunidad. A partir de ahora, sólo pueden confiar en sí mismos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.