“Sus vides estaban delineadas con el brillo de la lluvia reciente, y las finas raíces que brotaban de sus hombros brillaban blancas contra el nuevo sol…”
Para ALTHEA , la marca con la que nació es inofensiva, pero para los habitantes de su aldea sin nombre, es un presagio que romperá su tregua de siglos con el bosque y los viles espíritus que lo habitan. Cuando sus cosechas se secan, todos los dedos la apuntan, y el culto que negocia la paz con el bosque se encarga de su desaparición ritual…
SILVANUS , guardián del bosque, es prisionero de sus bosques, habiendo perdido todo sentido del tiempo a medida que los siglos de su reinado comienzan a desdibujarse. Es decir, hasta que descubre a una mujer sacrificada en su claro y usa sus vides serpenteantes para coser su herida y resucitarla. En ella, descubre un alma mutuamente rechazada y sabe que su sacrificio es injusto. Sin embargo, una brasa peligrosa en su pecho le advierte que no todo está bien en su bosque...
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