Fabiana Spring nació siendo una niña genio. Encerrada entre sus ordenadores y sus amigos (más o menos virtuales), lleva el departamento de informática de una de las discográficas más potentes del país un poco por pasar el tiempo y sociabilizarse un poco, algo en lo que pese a sus altas capacitaciones, no es especialmente hábil. Un intento de robo de unos audios sin editar de uno de los grupos más populares del momento le obligan a conocer (ya trabajar) con Nick Terrier, una oscura batería con tatuajes, signos claros de hostilidad y un culo que ni te cuento. Nada que un genio no pueda tener perfectamente controlado. Mas o menos.
Musa nació siendo una niña genio pero el mundo no estaba preparada para alguien como ella. Marginada e incomprendida, podría haberse convertido en una mujer introvertida, asustadiza y llena de complejos. Nada más lejos de la realidad. Musa no es de las que se rinde. No es de las que acepta un sí o un no simplemente porque alguien lo diga. Cree en la justicia, en la suya, en los ordenadores y en las personas a las que quiere. Que son pocas. Trabaja en un sex shop para sociabilizar un rato; mientras juega a crear perfiles de sus clientes cuando no está calculando mentalmente complejos algoritmos matemáticos. A Musa le gusta pisar fuerte y elevar el mentón cuando alguien la observa. Es una mujer dispuesta a regresar al mundo entero y que encuentra que la vida es un juego que merece ser jugado. Un poco por todo eso, Musa no podía negarse a ayudar al atractivo e inexpresivo inspector Mora en uno de sus casos. Tenía pinta de ser de lo más divertido. El caso, solo eso. Porque pensar en el estirado del inspector Mora no era para nada una buena idea. ¿Verdad?
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