INDIFERENCIA - ERINA ALCALÁ

La sevillana Jimena Galván, era una profesora de literatura de 45 años, divorciada de su primer amor, Javier, que la dejó por otra a los 40. Tuvo dos hijas, Alba y Estrella. Se había casado joven porque su marido le llevaba unos años y terminó la carrera una vez casada y aprobadas las oposiciones. Y daba clases en un instituto de Sevilla. Vivía en el centro. Sus hijas se independizaron nada más sacarse las carreras y encontrar un trabajo. Y se quedó sola en casa. Entró buscando no sabía qué en las redes sociales. Encontró un par de idiotas con los que habló un mes, ni siquiera llegó a conocerlos. Un par de cafés con otros que ya no volvió a ver. Y en esa aventura conoció a otro, 13 años menos que ella y con el que tampoco tuvo suerte, pero se ilusionó. Los dos amores siguientes marcarían definitivamente su vida, fue feliz, infeliz, lloro y rio y se casó…
 

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