UN GRAVE ERROR - ERINA ALCALÁ

El padre de Ana Solís, Francisco Solís, había trabajado toda la vida como gerente para el armador griego Floros Michelakis. Se convirtieron en grandes amigos. Francisco Solís tenía una villa en marbella y una hija única, como su amiga Floros, Ana Solís, había estudiado en Harvard, sin beca, derecho y administración de empresas- iba a hacer un par de años, más un máster, peor la terminar la carrera, pasando con sus padres las vacaciones en marbella, Floros Michelakis, se jubiló y le dejaron todas las empresas griegas, italianas, inglesas y españolas a su hijo Dimitri Michelakis. Un hombre de 30 años, guapo alto y de ojos verdes, con cuerpo de infarto y al que adoraban las mujeres. Pero Dimitri antes de tomar el mando de las empresas hizo una auditora en todas, y descubrió que Francisco Solís, había estado robando en la empresa. Y a pesar de que vendiera todas las propiedades, le debía además dos millones de euros. Cuando se lo dijo a su hija, esta se enfadó tanto que decidió ir a ver a Dimitri que estaba en Marbella y suplicar que no denunciara a su padre, no fuese a la cárcel. Estaba dispuesta a todo por sus padres. Pero Dimitri, le puso condiciones a pesar de las súplicas de Ana Solís de 23 años. Una de ellas era casarse con él. Nada de amor ni de hijos. Sexo en solitario. Y ese fue un grave error que cometió Dimitri. Y se daría cuenta con el tiempo de las cosas no salen como uno quiere… 
 

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