SERIE AÑORANZAS Y PESARES - TAD WILLIAMS

1# EL TRONO DE HUESOS DE DRAGÓN

El trono de huesos de dragón tenía el aspecto de un extraño altar, rodeado de brillantes y volátiles motas de polvo y franqueado por las estatuas de los seis Reyes Supremos de Hayholt. Los huesos de dragón con los que se había construido eran tan grandes y estaban tan pulidos que relucían pálidamente como piedras bruñidas. El respaldo del trono estaba formado por siete amarillentas costillas, y, suspendido del respaldo del gran trono, colgaba el cráneo y las mandíbulas del dragón Shurakai. Las cuencas de los ojos eran oscuras ventanas rotas y los curvilíneos dientes eran tan grandes como la mano de un hombre. El cráneo del dragón tenía el color de los pergaminos viejos y se apreciaban múltiples hendeduras, pero en él había algo vivo..., algo terrible y maravillosamente vivo.

Este primer volumen de la trilogía Añoranzas y Pesares recuerda irremediablemente a Tolkien, pues muchas situaciones guardan cierto paralelismo con El Señor de los Anillos. La historia comienza cuando una gran guerra, alimentada por los oscuros poderes de la brujería, está a punto de estallar en la pacífica tierra de Osten Ard, después de la muerte del Rey Supremo que había aniquilado al terrorífico dragón Shurakai. Sólo un pequeño grupo, la Liga del Pergamino, puede intentar salvar el reino mediante la búsqueda de tres espadas de poder, perdidas hacía mucho tiempo, y que lo enfrentará a enemigos salidos de las peores pesadillas de los creadores de leyendas. "Osten Ard vive tiempos pacíficos bajo el reinado del Preste Juan, rey de suprema nobleza que logró la hazaña más increíble de todas, matar al temible dragón Shurakai, cuyos huesos conforman el trono sobre el que se sienta Juan. Simón es un muchacho holgazán huérfano que fue criado por las sirvientas del castillo de Hayholt y que sueña con convertirse en el aprendiz del mago Morgenes para que éste le cuente las más mágicas historias y aventuras. Pero a la muerte del rey Juan y la ascensión al trono de su hijo mayor Elías, la paz llega a su fin y el mundo se prepara para una terrible guerra que enfrentará a los dos hijos del rey Juan, Elías, cada vez más contaminado por las malas compañías, y Josua el Manco, decidido a impedir que los malvados planes de Elías lleguen a buen puerto. El joven Simon tendrá un papel crucial en esta historia ya que junto a sus amigos deberá buscar las tres míticas espadas de poder, cuyo paradero es desconocido, para poder contrarrestar los poderes de Elías y del enemigo que está por encima de él, Ineluki, el Rey de las Tormentas."

2# LA ROCA DEL ADIOS

El trono de huesos de dragón tenía el aspecto de un extraño altar, rodeado de brillantes y volátiles motas de polvo y franqueado por las estatuas de los seis Reyes Supremos de Hayholt. Los huesos de dragón con los que se había construido eran tan grandes y estaban tan pulidos que relucían pálidamente como piedras bruñidas. El respaldo del trono estaba formado por siete amarillentas costillas, y, suspendido del respaldo del gran trono, colgaba el cráneo y las mandíbulas del dragón Shurakai. Las cuencas de los ojos eran oscuras ventanas rotas y los curvilíneos dientes eran tan grandes como la mano de un hombre. El cráneo del dragón tenía el color de los pergaminos viejos y se apreciaban múltiples hendeduras, pero en él había algo vivo..., algo terrible y maravillosamente vivo. Este primer volumen de la trilogía Añoranzas y Pesares recuerda irremediablemente a Tolkien, pues muchas situaciones guardan cierto paralelismo con El Señor de los Anillos. La historia comienza cuando una gran guerra, alimentada por los oscuros poderes de la brujería, está a punto de estallar en la pacífica tierra de Osten Ard, después de la muerte del Rey Supremo que había aniquilado al terrorífico dragón Shurakai. Sólo un pequeño grupo, la Liga del Pergamino, puede intentar salvar el reino mediante la búsqueda de tres espadas de poder, perdidas hacía mucho tiempo, y que lo enfrentará a enemigos salidos de las peores pesadillas de los creadores de leyendas. "Osten Ard vive tiempos pacíficos bajo el reinado del Preste Juan, rey de suprema nobleza que logró la hazaña más increíble de todas, matar al temible dragón Shurakai, cuyos huesos conforman el trono sobre el que se sienta Juan. Simón es un muchacho holgazán huérfano que fue criado por las sirvientas del castillo de Hayholt y que sueña con convertirse en el aprendiz del mago Morgenes para que éste le cuente las más mágicas historias y aventuras. Pero a la muerte del rey Juan y la ascensión al trono de su hijo mayor Elías, la paz llega a su fin y el mundo se prepara para una terrible guerra que enfrentará a los dos hijos del rey Juan, Elías, cada vez más contaminado por las malas compañías, y Josua el Manco, decidido a impedir que los malvados planes de Elías lleguen a buen puerto. El joven Simon tendrá un papel crucial en esta historia ya que junto a sus amigos deberá buscar las tres míticas espadas de poder, cuyo paradero es desconocido, para poder contrarrestar los poderes de Elías y del enemigo que está por encima de él, Ineluki, el Rey de las Tormentas."

3# A TRAVÉS DEL NIDO DE GHANTS

En las entrañas del Pico de las Tormentas, Utuk’ku, reina de las nornas, teje la tela de los terribles acontecimientos que asolan Osten Ard y preparan el advenimiento de Ineluki. Las argucias y los hilos de la política en la sociedad humana son meras bazas que los poderes ocultos utilizan en su provecho. Las victorias en el campo de batalla, los descubrimientos, el pasado más remoto convertido en realidad presente, todo contribuye al avance del invierno glacial, incluso las buenas intenciones y la sabiduría más profunda se vuelven contra los que aún creen en los paladines de la paz y la justicia, y contra los propios paladines.
La reaparición de los fabulosos sitha, en cumplimiento de un compromiso legendario, hace enloquecer a aristócratas y villanos y causa asombro y terror entre los mismos pueblos con quienes se alían en el preámbulo del enfrentamiento definitivo entre fuerzas incomprensibles para la mente humana.
El nido de ghants, una vertiginosa espiral sin fin de sombras y barro, cuyo suelo hecho de carroña succiona como arenas movedizas, es el habitáculo de una especie de homínidos quitinosos y chirriantes, propios de los marjales del Wran, que sufren un trastorno repentino de su primitiva mente animal. En ese laberinto de pesadilla deben internarse Miriamele y sus compañeros en su accidentado camino hacia la Roca del Adiós, donde Josua les aguarda junto con los cada vez más escasos miembros de la Liga del Pergamino, para la celebración del Raed que ha de precipitar la toma de una serie de drásticas decisiones.

4# LA TORRE DEL ÁNGEL VERDE

Mientras los malvados secuaces del Rey de la Tormenta se preparan para llevar a cabo la culminación de sus negras artes de magia y el rey Elías se hunde cada vez más en ese tenebroso mundo de pesadilla, los fieles aliados del príncipe Josua luchan desesperadamente para reunir sus fuerzas.
Por su parte, algunos miembros de la desbaratada Alianza del Pergamino se congregan para intentar descubrir misterios de un pasado ya olvidado. Porque si la Liga consigue revelar antiguos secretos de la magia, enterrados bajo el polvo de los siglos, quizá sea posible dar a conocer a Josua y sus hombres los únicos medios de derrotar a un enemigo de otro modo indestructible.
Sin embargo, el éxito o el fracaso de la Liga en esta empresa no libera del enfrentamiento a los valientes seguidores de Josua el Manco, que deben surcar mares tempestuosos infestados de sanguinarios kilpas, internarse en bosques donde se ocultan mentes y espíritus atormentados, descender a remotas cavernas construidas por los legendarios dwarrows y abrirse camino hasta las fantasmagóricas estancias de Asu’a, la más imponente fortaleza sitha.
La Torre del Ángel Verde es el formidable final de esta magna historia que, plena de guerras, engaños, aventuras, brujerías y amor, llega a un sorprendente desenlace. En ella, el poder de la magia es capaz de quebrantar el orden del tiempo y el espacio, y tanto los humanos como los sitha se vuelven en contra de sus propios congéneres.

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