UN VAIVÉN SIN TIEMPO - ERINA ALCALÁ

Olga Rivas, era de Cádiz. Y tuvo la mala fortuna de que ese día lluvioso enterrara a su madre, de una larga enfermedad de la que padeció cinco años. Olga era huérfana de padre y su madre se casó con un tipo cuando ella tenía diez años. Un tío nada bueno. Pero su madre estaba ciega, estuvo ciega, porque ese hombre en cuanto ella cumplió doce años y se hizo mujer, la miraba de forma diferente. Y ella empezó a temerle, a esconderse a no quedarse sola con él. Y ahora allí estaba en el cementerio, con 23 años. Acababa de terminar enfermería en la universidad con su amiga Mari Paz, vecina y su madre Luisa. A la que contó lo que le pasaba. Y no iban a dejar que se quedara sola con él en casa. Gracias a que su padrastro viajaba dos o tres días y al día siguiente se iba y ella también. Al otro lado del mundo. Le contó sus aviones a su amiga y vecina, y la ayudaron a recoger la maleta y salir disparada para Nueva York, Montana y Polson. Ella había elegido ese pueblo por casualidad. Allí encontré trabajo en una cafetería mientras hacía un curso de convalidación de la carrera. Logan Travis, era el duelo de la cafetería. Guapo, alto y de ojos verdes como el lago de Polson. Y se enamoró de ella. Y ella de él y fueron felices hasta que su padrastro dio con ella. y los acontecimientos se desarrollaron de una forma trágica. Pero el amor de ellos, por muchos años que pasaran, era como el amor de los cisnes, juntos para siempre. Si quieres conocer la historia de Logan y Olga, aquí la tienes…

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