1# TALK WORDY TO ME
Dicen que las bibliotecarias son anticuadas. No lo soy en absoluto.
Como mujer de 23 años, tengo toda la vida por delante y no tengo prisa por sentar cabeza.
Pero mi cliente favorito de Golden Creek Library tiene una opinión diferente... y a sus 72 años, Charles McArthur es difícil de discutir.
Quiere emparejarme con su nieto y no tengo corazón para decir que no.
Cuando mi cita llega a mi puerta, estoy muy contenta de haber dicho que sí.
Chuck McArthur es un hombre alto, moreno y guapo al que le gustan los libros tanto como a mí. Me llama Cookie, como su abuelo, y estoy más que deseosa de que la pruebe. Por suerte para mí, le gustan las mujeres con algunas curvas, y por suerte para él, su lenguaje sucio se está convirtiendo rápidamente en mi sonido favorito.
2# CHECK HER OUT
Los libros me salvaron la vida después de perder a mis padres cuando era adolescente.
Ahora, como bibliotecaria, compartir libros con los adolescentes para que superen los momentos difíciles es un privilegio y una alegría.
Así que imagina mi sorpresa cuando conozco a Prescott, un hombre que valora las mismas cosas que yo. Dirige el centro de ayuda a los adolescentes y está dando su vida para hacer del mundo un lugar mejor.
Es como si fuéramos una pareja hecha en el cielo.
Después de una noche de torbellino en la que el amor está en la punta de la lengua de ambos, me entero de que quizá no somos iguales después de todo...
Quería que me echara un vistazo a un préstamo a largo plazo, pero tal vez sea demasiado bueno para ser verdad. Tal vez sea mejor dejar de lado este romance antes de que se nos rompa el
corazón a los dos.
3# CAN´T HELP MY SHELF
Hay una cosa en la vida que siempre, siempre he querido.
Y estoy cansada de esperar a que mi príncipe azul me arrastre para conseguirlo.
El día que cumplo 26 años tomo una decisión que cambiará mi vida.
Pero antes de tomarla, el oficial del ejército Nash Nichols entra en la sección infantil de la biblioteca donde trabajo y cambia mi trayectoria para siempre.
Enamorarse suena muy bien, pero mis ojos siempre han estado puestos en otro premio: ser madre.
Tal vez consiga mi propia versión de un “felices para siempre”... o tal vez mi corazón se rompa de una forma que no vi venir.
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