Vega Martos, era una niña cuando perdió a su padre en un accidente laboral del campo. Eran de campo y vivían en un pequeño pueblo de Jaén. Su madre murió unos años más tarde cuando apenas tenía 16 años y quedó sola al ser hija única.
Desde pequeña a Vega, le encantaba irse los veranos con sus abuelos a la Torre, un gran cortijo rodeado de olivos y jugaba con el hijo del dueño, Juan Carlos, que estudiaba en Nueva York y quería ser cirujano. Ella soñaba con ser abogada. Pero cuando murió su madre tuvo que dejar el instituto y ponerse a trabajar. Su abuelo le buscó trabajo en el cortijo ese verano. Y Justo ese verano conocería a un chico, Izan, amigo de Juan Carlos, de Nueva York, que fue a pasar el verano con su amigo, y que años más tarde sería un hombre importante en la vida de Vega.
Todo comenzó mal, cuando Vega conoció a ese chico alto y guapo, pero tonto, no le cayó nada bien. Era vanidoso y creía que a ella le gustaba, si bien era cierto. Y lo que ocurrió entre ellos ese verano tuvo consecuencias…
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