Amanda y Clay se dirigen a un rincón remoto de Long Island con idea de tomarse un descanso de su ajetreada vida en Nueva York: un respiro de una semana de vacaciones en una casa de lujo en compañía de su hijo y su hija adolescentes. Sin embargo, el encanto se rompe una noche de tormenta cuando una pareja mayor, con aspecto cansado y la ropa desarreglada, llama a la puerta. Dicen ser los propietarios de la vivienda y se presentan allí para solicitar cobijo, aduciendo que un apagón masivo ha dejado a oscuras Nueva York y les impide llegar a su domicilio actual. Aunque en esa zona aislada —sin acceso a internet ni cobertura móvil— es imposible confirmar una noticia tan alarmante, Amanda y Clay deciden fiarse de esos dos desconocidos y los dejan entrar.
Pero, ¿han tomado una buena decisión? ¿Es aquel lugar un lugar realmente seguro para su familia? Mientras la naturaleza parece trastocarse en torno a ellos, un misterioso mal los acecha y socava con rapidez su confianza: ahora son dos presas que deben luchar para sobrevivir.
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