El solsticio de invierno... el momento en el que las manadas lycan están obligadas a enviar una ofrenda para complacer al Maestro de la Ciudad: una mujer joven, núbil y con ganas de agradar al Maestro en su cama.
Sólo que este año, la luchadora manada Trevais obliga a la hermana de Alfa, Cian Trevais, a asistir como ofrenda del solsticio. Lo cual está bien. Totalmente genial. Siendo un poco más regordeta y mayor que el resto de las ofrendas, ella acepta la decisión, ya que de ninguna manera el Maestro va a estar interesado en ella. Ella estará bien.
Hasta que abofetea e insulta a otro invitado, lo que atrae la atención del Maestro, el cual está más que un poco interesado en ella. Un tipo de interés de la noche...
Advirtieron a Nat de permanecer lejos de la mansión de la colina. Le advirtieron sobre los lobos que protegían su aldea... y también sobre las mujeres que captan su atención son conocidas por desaparecer. ¿Pero acaso ella escuchó? Diablos, no. ¿Por qué debería escuchar cuentos de viejas cuando nadie había visto a los Lobos Langdon, los último de su línea, durante años?
Probablemente ya estaban muertos, e incluso si no lo estaban, ella no era una mujer lobo. No realmente. Su familia había sido humana desde los tiempos de su bisabuela. Pero los lobos viven mucho, particularmente los lobos alfas Langdon.
Cuando ella entra en la tierra de los Langdon, descubre que el castigo para la transgresión es una noche caliente de pasión con dos machos alfa.
El hombre lobo más poderoso de la ciudad. Caliente como todos los infiernos. El sido de Cyan por una noche, pero su tiempo con ella había acabado. Cyan se molesta al darse cuenta de que Veyr ni siquiera está presente para despedirse de ella.
Envía a su capitán con el vestido de invierno, un suntuoso vestido blanco que se le da a la mujer del Invierno para que lo guarde. Son consideradas reliquias familiares, transmitido a través de generaciones. Y Cyan no quiere uno. Quiere a Veyr.
Pero el vestido que Veyr envía no es blanco. Es rojo. Lejos de dejarla marchar, Veyr ha pedido una Reclamación de Caza. Si la atrapa, ella es suya. Pero primero tiene que perseguirla, capturarla ... reclamarla. En frente del Consejo.
Vanessa McCauley había sido preparada para ser apareada con el Maestro de la Ciudad.
Ella lo sabía, toda la ciudad lo sabía, y su hermano, el Alfa de la manada de McCauley está enfadado como el infierno porque Veyr ha elegido a otra persona.
Con instrucciones estrictas de encontrar a Veyr en el baile de esa noche, de algún modo se encuentra a sí misma.
Ella es su mujer, pero no su compañera. El hombre lobo alfa y Maestro de la Ciudad tiene planes para Cyan Trevais. Planes que implican obtenerla desnuda y jadeando debajo de él.
Pero, aunque el sexo sea muy caliente, no puede ignorar la llamada de su lobo, o su corazón.
Cuando el hermano de su mujer exige conocer sus intenciones, Veyr sabe que deberá tomar una decisión...
Vanessa sabe que está jugando con fuego cuando acepta la invitación del Capitán de la Guardia de la Ciudad, Jace Trenton, a un club local... uno con una reputación muy interesante.
Harta de ser sólo un peón en los planes de su hermano, ella decide empezar a tomar decisiones por sí misma y acepta. La última vez que estuvieron juntos fue algo explosivo...
¿Quién sabe lo que le tiene planeado esta vez?
Su secreto ha sido descubierto... y la vida nunca más será la misma.
Atrapada por su ambicioso hermano, Vanessa se encuentra frente a su peor pesadilla... estar unida a un hombre que no ama.
¿Encontrará fuerzas para frustrar los planes de Jacob antes de que alguien salga herido? ¿O el amor y la lujuria finalmente triunfarán?
Perdió todo cuando el hombre al que amaba se unió con otra. Incapaz de permanecer en la sociedad Lycan, Cyan ha dejado la manada y su hogar para hacer su propio camino en el mundo humano.
En mundo donde nadie sabe quién es, ni que el Maestro de la Ciudad, la rechazó en favor de otra. Ella es feliz... o es lo que se repite a sí misma a cada hora. Entonces, ¿por qué su corazón anhela lo que ha dejado atrás? Es el hombre lobo más poderoso de la ciudad... y está muy jodido.
Cuando Veyr descubre que Cyan no sólo lo evita, sino que también ha abandonado el estilo de vida Lycan, sabe que ya no puede seguir escondiéndose detrás del honor. La verdad debe salir. Pero cuando la encuentra, se da cuenta de que hay mucho más en juego que simplemente su corazón...
Atados a una maldición desde hace siglos, los lobos Langdon son piedra durante el día y hombres por la noche. Para liberarlos, necesitan a una mujer especial. Una mujer dispuesta a amarlos a ambos, en cuerpo y alma.
Ahora, después de largos años, la han encontrado. Nat es la mujer que necesitan, y después de una ardiente noche juntos, saben que ella es más que suficiente para ambos. Han encontrado a su mujer, pero, ¿podrán convencerla de quedarse?
Nat no ha pensado en otra cosa más que en sus dos lobos desde que entrase en la tierra Langdon y descubriera las deliciosas consecuencias. Ahora vuelve a reclamar a sus hombres... Pero, ¿será su felicidad rota antes de que realmente comience, o Nat podrá detener la maldición?
Último cuento en la historia de Veyr y Cyan.
Ella tiene todo que perder, y todo por lo que luchar.
Nacida como una no-cambiaforma en una manada enferma, Cyan ha pasado de la nada a la Dama de la Ciudad, su compañero a su lado y una hermosa hija. Cuando la corte está infiltrada por un viejo enemigo, debe elegir entre su vida y la de su hija …
Él casi la pierde una vez, y no está sucediendo de nuevo. Nunca.
Veyr siempre ha sabido que el papel de Maestro de la Ciudad no viene con un plan de jubilación, no cuando la única forma de convertirse en maestro es desafiar al titular anterior del título. Pero cuando un ex-alfa idiota secuestra a su pareja y amenaza a su hija, Veyr no lucha por nada tan irrelevante como un título…
Él está luchando por lo único que importa: su familia. Y él los salvará, incluso si le cuesta la vida.
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