Trabajando en Urgencias, Maeve ha visto cosas raras, como el tipo con numerosas heridas de bala que literalmente salta de la mesa de operaciones y sale caminando. Lo cual no es tan extraño como las personas que afirman haber visto a un lobo salir corriendo por las puertas principales del hospital. Todo normal en un turno de luna llena.
Lo que Maeve no sabe es que salvó la vida del Alfa local.
Griffin es duro, y los que intentaron matarlo lamentarán su fracaso, porque ahora busca venganza. El problema es identificar al enemigo. ¿Es la banda de lobos rival al otro lado del río, o un extraño que intenta robarle su Manada?
La respuesta parece estar enredada con la doctora que lo operó. Una mujer con un aroma delicioso... y secretos.
¿Qué tiene que ver Maeve con la violencia que afecta a su manada?
¿Y qué dirá la sexy doctora cuando se dé cuenta de que él no sólo aúlla en la cama?
Cuando Brandy se encuentra accidentalmente apareada con un hombre lobo, no tiene ningún problema. Ojalá el detective Gruff pensara lo mismo. El hombre está tan asustado que huye a una remota cabaña en el bosque.
Por suerte para él, Brandy no está dispuesta a rendirse.
Billy nunca quiso casarse. Había visto de primera mano con sus padres lo feo que podía llegar a ser. Nunca pensó que conocería a Brandy, una enfermera luchadora con una visión burbujeante de la vida que mira más allá de su fachada gruñona.
No es sólo el peligro lo que les une. Ella es la tentación misma.
Cuando se la arrebatan, se da cuenta de que haría cualquier cosa, incluso soltar al lobo feroz, para salvarla.
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